domingo, 30 de diciembre de 2012

RELATO DEL AZAR

Julio era un chico de 17 años que tenía una enfermedad muy poco común, la cual se daba en 1 de cada 10000 varones en España. Se la diagnosticaron de pequeño y se trataba de que por más que comiera buenas cantidades de alimentos, no engordaba nunca. Ese chico en el instituto lo pasaba fatal, sus compañeros se reían de él porque era extremadamente delgado. Empezó a faltar a las clases por ese motivo, en su casa no hacía caso y se convirtió en un chico muy "pasota". Sus padres nunca supieron por lo que Julio estaba pasando, porque él nunca se lo contó. Prefería que pensaran que era un "mal chico", a contarles lo del instituto.

Sus padres le llevaban al psicólogo por lo de su enfermedad. Uno de los días que fue él sólo a terapia, esperando su turno, se le acercó una chica que le preguntó por qué estaba allí y entonces Julio, de una forma brusca y borde, la dijo que a ella no la importaba.

Después de ese día, Julio pensó que si quería que la gente le tratara bien, él debería hacer lo mismo. Fue así por lo que unos días más tarde volvió a coincidir con la chica que le preguntó y entonces él fue a pedirle disculpas y se preocupó por ella preguntándola el porqué de sus visitas al psicólogo.

Unos días más tarde empezaron a gustarse y la chica le contó que todo lo hizo por los padres de él, ellos la pidieron que hablara con él y que intentara animarle. Cuando Julio escuchó todo eso, no quiso seguir con la conversación y, dejando a la chica con la palabra en la boca, se fue.

A la chica la dio tiempo a decirle que los últimos días ya no lo hacía por sus padres, que lo hacía porque sentía ganas de hablar de con él y conocerlo. Julio muy enfadado llegó a su casa y tuvo una gran discusión con sus padres. Ellos le dijeron que todo lo que habían hecho había sido por él y pensando siempre en él.

Durante esas semanas Julio pensó en lo último que la chica le dijo: los últimos días ya no lo hacía por mis padres, ya era ella misma la que quería conocerme realmente. Acabó creyendo esas palabras y fue de nuevo a terapia con la intención de encontrarse a la chica y hablar con ella. Pero pasaron unos días y la chica no apareció.

Al preguntar por ella allí le dieron la noticia de que tuvo un accidente hace una semana. Julio al enterarse de eso fue a verla al hospital muy preocupado y con el miedo de que ella no pudiera escucharle y decirle que realmente la quería y que se creía sus palabras. Por suerte la chica, aunque con alguna parte de su cuerpo rota, no estaba en peligro y él pudo decirle lo que sentía y ella contestarle con los mismo sentimientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario